¡Genial, Miguel! Me ha encantado, ahora lo que no entiendo es qué hacía una vaca en la playa y cómo no la viste. ¡Anda que no es difícil tropezar con una vaca! Pero todo es cuestión de tamaño, ¿no? Sería una vaca enana o tú un supergigante, jajajajaja.
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